Objetivo:
Dar a conocer a Profundidad acerca del control
y dominio que ejercen de su sexualidad de las mujeres en la cuidad
de Trujillo.
Índice
Caratula
Dedicatoria
Agradecimiento
Introducción
Capítulo
I
PLACER Y SEXUALIDAD
- ¿Qué es el placer y la sexualidad?
- ¿Qué es feminidad?
- ¿Cómo interviene la religión en el placer femenino?
- Erotismo, placer y Sociedad en la mujer
- Importancia en el placer sexual en la mujer.
Capítulo
II
LA SOCIEDAD FRENTE AL ENTORNO SEXUAL EN LA MUJER
- Creencias y mitos en el placer femenino.
- La evolución del placer sexual femenino
- Los prejuicios en la sociedad
- Entre el placer y la obligación
Capítulo III
LA PERSPECTIVA DE
GÉNERO ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER
El poder que ejercen las mujeres en su cuerpo.
Relaciones
de poder en la pareja
Capítulo IV
CULTURA Y PODER EN LA FEMINIDAD
El complejo Marianismo en la mujer
La
pureza sexual en la mujer
Sexo
pureza y peligro
Conclusión
Anexos (Entrevista a profundidad y encuesta)
¿ A qué consideramos mitos?
Los
mitos tienen carácter social: son un conjunto de anhelos y creencias colectivas
que ordenan la valoración social de un determinado relato o figura en una época
determinada. También son individuales, puesto que cada persona otorgará a
aquello aludido por el mito, una valoración propia y le asignará también un
sentido, tanto a su propio accionar como al accionar de los demás.
Hay
una ilusión, respecto a que el mito crea un concepto que debe ser comprendido
como “natural” y “esencial”
Entre
los más conocidos se describe el mito mujer
= madre. En
este caso, este mito generalizado puede operar impidiendo que cada mujer defina
como propio, las diversidades de significado que pueda tener la maternidad.
El erotismo
femenino ligado
al amor romántico, es otro de los mitos que aún opera, aunque no en forma
visible, ya que si el deseo sexual y el erotismo en la mujer se evidencian en
demasía, no es” bien visto” como conducta femenina esperada.
La
apreciación, en muchas ocasiones, que las elecciones amorosas de las mujeres
tengan se basa en este mito. Asimismo, “ser bella” y “ser deseable” no son hoy,
atributos que deban constituir inequívocamente, las principales condiciones de
la seducción femenina.
Actualmente
por ejemplo, en los medios de comunicación, las mujeres muestran su cuerpo, más
para incrementar el deseo masculino que para hacer explícito el propio deseo.
Se trata de cuerpos “deseables” más que personas “deseantes”.
Así,
las creencias y prejuicios que forman parte de estos mitos muestran profundas
contradicciones: por un lado, se presenta hoy una mayor libertad sexual para la
mujer, pero al mismo tiempo, persisten algunas prohibiciones y sanciones.
Respecto
a los mitos acerca de la sexualidad
masculina se
centran en la certeza de que un varón tendrá y estará obligado a un rendimiento
sexual sin fallas, por ejemplo, tener trastornos de erección(disfunción eréctil
) descenderá del valor de su masculinidad, pudiendo en ocasiones obstaculizar
la consulta médica
Otro
mito que aún opera , desde un perfil socio-económico es describir al hombre
fuerte y proveedor como el que otorgará seguridad y bienestar a su familia, a
costa de salir siempre triunfante ante la adversidad, algo así como una nueva
visión del caballero del siglo XVII.
También
es un mito el temor que tienen los adultos que por recibir educación sexual se
adelantará la edad del inicio de las relaciones sexuales.
La educación sexual no potencia que se tengan relaciones
sexuales precoces.
Otros mitos
frecuentemente
escuchados:
Mitos en torno a la sexualidad de
la mujer adolescente
* La ausencia de himen prueba que una mujer ya
no es virgen.
* Una mujer que tiene la menstruación no debe bañarse, ni tocar las plantas, ni hacer deporte, ni hacer mayonesa…
* Cualquier mujer que lleve la iniciativa en las relaciones sexuales es una “rápida”.
* La mujer debe esperar a que el varón le brinde la posibilidad de tener placer sexual (orgasmo).
* Hay vaginas, que no se adaptan a algunos tamaños de penes.
* Una mujer que tiene la menstruación no debe bañarse, ni tocar las plantas, ni hacer deporte, ni hacer mayonesa…
* Cualquier mujer que lleve la iniciativa en las relaciones sexuales es una “rápida”.
* La mujer debe esperar a que el varón le brinde la posibilidad de tener placer sexual (orgasmo).
* Hay vaginas, que no se adaptan a algunos tamaños de penes.
Mitos en torno a la sexualidad del varón adolescente
* El varón siempre sabe
sobre sexualidad y sobre cómo llevar adelante las relaciones sexuales.
* Las bebidas alcohólicas son potenciadoras de la erección y del deseo sexual.
* El varón siempre está dispuesto y debe llevar la iniciativa en las relaciones sexuales.
* Cuanto mayor ser el tamaño del pene, mayor placer obtiene el varón y mayor placer le proporciona a la mujer.
* Cuando un hombre pierde su erección es porque no encuentra a su pareja sexualmente atractivo/a.
* Un hombre siempre debe excitarse cuando se encuentra en una situación sexual.
* Las bebidas alcohólicas son potenciadoras de la erección y del deseo sexual.
* El varón siempre está dispuesto y debe llevar la iniciativa en las relaciones sexuales.
* Cuanto mayor ser el tamaño del pene, mayor placer obtiene el varón y mayor placer le proporciona a la mujer.
* Cuando un hombre pierde su erección es porque no encuentra a su pareja sexualmente atractivo/a.
* Un hombre siempre debe excitarse cuando se encuentra en una situación sexual.
Mitos en torno al rol de género
* La sexualidad comienza cuando se
tienen relaciones con penetración.
* Las lesbianas lo son porque necesitan un hombre “de verdad”.
* La homosexualidad es un vicio.
* Se nota que una mujer es lesbiana porque se viste de marimacho.
* Un niño no puede jugar con muñecas.
Mitos sobre falsos métodos anticonceptivos:
* Las lesbianas lo son porque necesitan un hombre “de verdad”.
* La homosexualidad es un vicio.
* Se nota que una mujer es lesbiana porque se viste de marimacho.
* Un niño no puede jugar con muñecas.
Mitos sobre falsos métodos anticonceptivos:
* "Lavarse la vagina después de una
relación sexual con agua u otras sustancias sirve como método
anticonceptivo".
No es así, pues los espermatozoides
pueden subir rápidamente al cuello del útero.
* "Tomar té de yuyos o plantas nativas sirve como método anticonceptivo".
Estos té no han demostrado ninguna eficacia
cuando son utilizados para evitar un embarazo.
* "Los inductores de la menstruación (productos que se adquieren en las farmacias),pueden provocar el sangrado menstrual cuando una mujer tiene un atraso, interrumpiendo el embarazo".
Esto es así solo si es debido a alguna
irregularidad en su ciclo pero NO cuando está embarazada. Su uso no es
conveniente sin indicación médica.
Mitos sobre las
pastillas anticonceptivas
• “La pastilla engorda”
Está demostrado que las pastillas anticonceptivas modernas prácticamente no modifican el peso corporal debido a su muy baja dosis, incluso en algunas mujeres se ha observado una ligera disminución de peso.
Está demostrado que las pastillas anticonceptivas modernas prácticamente no modifican el peso corporal debido a su muy baja dosis, incluso en algunas mujeres se ha observado una ligera disminución de peso.
• “La pastilla puede producir acné o hacer
crecer el vello”
El crecimiento del vello en los lugares típicos del varón, el acné y el aumento de la grasitud de la piel habitualmente provienen de una inadecuada cantidad o manifestación de las hormonas masculinas (que, en poca cantidad posee cada mujer) y no de un efecto producido por el uso de las pastillas anticonceptivas. De hecho las pastillas modernas con la incorporación de Drospirenona, llegan a tener un efecto favorable sobre el cabello y la piel.
El crecimiento del vello en los lugares típicos del varón, el acné y el aumento de la grasitud de la piel habitualmente provienen de una inadecuada cantidad o manifestación de las hormonas masculinas (que, en poca cantidad posee cada mujer) y no de un efecto producido por el uso de las pastillas anticonceptivas. De hecho las pastillas modernas con la incorporación de Drospirenona, llegan a tener un efecto favorable sobre el cabello y la piel.
• “La pastilla altera los nervios”
El estado de salud psicológica de una mujer posee mayor relación con su entorno (factores sociales, laborales, sentimentales, familiares, etc.) que con el efecto de las pastillas anticonceptivas o cualquier otro tratamiento con medicamentos. Podríamos decir que la pastilla, prácticamente, no tiene ninguna influencia sobre estos aspectos.
El estado de salud psicológica de una mujer posee mayor relación con su entorno (factores sociales, laborales, sentimentales, familiares, etc.) que con el efecto de las pastillas anticonceptivas o cualquier otro tratamiento con medicamentos. Podríamos decir que la pastilla, prácticamente, no tiene ninguna influencia sobre estos aspectos.
• “Si se toman medicamentos o se ingiere
alcohol cuando se utiliza la pastilla, se pierde el efecto anticonceptivo”
Determinados tipos de medicamentos pueden influir en el mecanismo de acción de las pastillas anticonceptivas y, por lo tanto, disminuir su eficacia. No se ha demostrado que el alcohol en sí mismo interfiera en la eficacia de la pastilla anticonceptiva. Pero en caso de que la ingestión de alcohol provoque vómitos o diarrea, puede verse afectada la eficacia anticonceptiva. En cualquiera de estos casos es recomendable consultar al médico.
Determinados tipos de medicamentos pueden influir en el mecanismo de acción de las pastillas anticonceptivas y, por lo tanto, disminuir su eficacia. No se ha demostrado que el alcohol en sí mismo interfiera en la eficacia de la pastilla anticonceptiva. Pero en caso de que la ingestión de alcohol provoque vómitos o diarrea, puede verse afectada la eficacia anticonceptiva. En cualquiera de estos casos es recomendable consultar al médico.
• “Después de usar pastillas anticonceptivas,
se presentan dificultades para quedar embarazada”
Las pastillas son un método reversible, por lo que, suspendida la toma de las mismas se reinician los ciclos naturales prácticamente en forma inmediata.
Las pastillas son un método reversible, por lo que, suspendida la toma de las mismas se reinician los ciclos naturales prácticamente en forma inmediata.
• “Las mujeres que utilizan la pastilla deben
realizar descansos periódicos en la toma”
Está demostrado que los llamados descansos son innecesarios y desaconsejables. Además de carecer de bases científicas pueden originar una serie de inconvenientes como, por ejemplo, los embarazos no deseados. La pastilla puede tomarse sin interrupción por años. Solamente deben realizarse los 7 días de intervalo sin toma de pastillas o tomar los placebos (pastillas de color diferente y sin sustancia activa).
Está demostrado que los llamados descansos son innecesarios y desaconsejables. Además de carecer de bases científicas pueden originar una serie de inconvenientes como, por ejemplo, los embarazos no deseados. La pastilla puede tomarse sin interrupción por años. Solamente deben realizarse los 7 días de intervalo sin toma de pastillas o tomar los placebos (pastillas de color diferente y sin sustancia activa).
• “La pastilla produce cáncer”
Al contrario de lo que se cree, se sabe que los anticonceptivos hormonales presentan claros beneficios, disminuyendo el riesgo de cáncer de endometrio (mucosa interna del útero) de ovario y colón. Aun luego de suspender el uso de la pastilla, este efecto protector perdura más de 10 años. Por otro lado, no se ha comprobado que exista relación causal entre el cáncer de mama, u otros cánceres frecuentes en la mujer, y el uso de anticonceptivos orales de baja dosis, Pueden tomarse sin interrupción por años. Solamente deben realizarse los 7 días de intervalo sin toma de pastillas o tomar los placebos (pastillas de color diferente y sin sustancia activa).
https://sites.google.com/site/edseducacionsexual/mitos-y-creencias-1
Al contrario de lo que se cree, se sabe que los anticonceptivos hormonales presentan claros beneficios, disminuyendo el riesgo de cáncer de endometrio (mucosa interna del útero) de ovario y colón. Aun luego de suspender el uso de la pastilla, este efecto protector perdura más de 10 años. Por otro lado, no se ha comprobado que exista relación causal entre el cáncer de mama, u otros cánceres frecuentes en la mujer, y el uso de anticonceptivos orales de baja dosis, Pueden tomarse sin interrupción por años. Solamente deben realizarse los 7 días de intervalo sin toma de pastillas o tomar los placebos (pastillas de color diferente y sin sustancia activa).
https://sites.google.com/site/edseducacionsexual/mitos-y-creencias-1
Para entender
la sexualidad de la mujer hay que
comprender el significado de "mujer". Nuestra sociedad educa a la
mujer para ser pasiva frente a las demandas del hombre, sacrificada, generosa,
sensible y orientada a los demás. Todas estas enseñanzas ayudan a que la mujer,
una vez adulta, se case y se ponga al servicio de su esposo, sus hijos, sus
padres y aún sus suegros. Estas enseñanzas y expectativas sociales crean en la
mujer un papel social que repercute directamente sobre su sexualidad. Aquella
orientación determina que la mujer no busque su placer personal, se ponga al
servicio del placer del hombre, no tome la iniciativa sexual, se "deje
llevar" por la sensualidad del hombre sin respetar la suya propia, y se
niegue a sí misma sus necesidades sexuales.
Esta manera de vivir su sexualidad hace que la mujer sea incapaz de responsabilizarse por su sexualidad. Ella se dice a sí misma que, cuando tiene relaciones sexuales fuera del matrimonio, es porque "cae" en las "garras" del hombre. Es decir, la mujer se ve a sí misma como "presa de cacería" en un mundo donde el hombre es el "depredador sexual". Por esto crece con miedo del hombre, vive para "cuidarse" y para no "dejarse convencer".
A la mujer se la "educa" con frases como "la virginidad es el mejor regalo que da al hombre" o se le repite que debe cuidar aquel "gran tesoro" para su esposo. Por esto, dentro de nuestra sociedad, la mujer que se ha entregado sexualmente a un hombre reduce inmediatamente su valor para otro hombre. Muchos hombres aprovechan esta situación para exigir a la mujer , es decir, que se entregue sexualmente. "educada" tan vulnerablemente dentro de nuestra sociedad.
Cuántas mujeres vienen a mi consulta desesperadas por este "gran problema" de haber tenido relaciones sexuales con un hombre que "las engañó". Creen que su mundo se ha acabado, que ningún hombre podrá volverlas a amar, que no tienen derecho a escoger una pareja porque no se sienten dignas. ¡Qué triste manera de "educar" a la mujer! ¡La convertimos en "carnada" y, una vez consumada la cacería, la desechamos! Esto es el machismo reflejado en la sexualidad femenina.
El daño inmenso que ha generado nuestra sociedad sobre la sexualidad femenina también ha creado frentes de defensa, de lucha. Un cambio fuerte en la mujer de hoy ha logrado, lenta pero positivamente, modificar la imagen de la mujer que la sociedad quiere imponer. Cada vez hay más mujeres que se sienten responsables de su sexualidad, que no la ponen al servicio de los demás sino que saben equilibrar sus relaciones y demandan reciprocidad. Mujeres que se valoran por su personalidad, su inteligencia, su capacidad personal y no por "su gran tesoro: la virginidad". Mujeres que buscan un hombre que las ame y las respete antes, durante, y después de una relación sexual.
Este frente de cambio social ha impactado también en el hombre. Hoy en día, ya hay muchos hombres que buscan mujeres que se valoran a sí mismas por sus potencialidades emocionales, intelectuales, productivas, y sexuales. Esperemos que estas parejas construyan en sus hijas e hijos una nueva visión de la mujer y el hombre. La sexualidad femenina y masculina serán entonces valoradas y respetadas, y las personas podrán disfrutar de una sexualidad que integra tanto lo afectivo como lo físico.
Esta manera de vivir su sexualidad hace que la mujer sea incapaz de responsabilizarse por su sexualidad. Ella se dice a sí misma que, cuando tiene relaciones sexuales fuera del matrimonio, es porque "cae" en las "garras" del hombre. Es decir, la mujer se ve a sí misma como "presa de cacería" en un mundo donde el hombre es el "depredador sexual". Por esto crece con miedo del hombre, vive para "cuidarse" y para no "dejarse convencer".
A la mujer se la "educa" con frases como "la virginidad es el mejor regalo que da al hombre" o se le repite que debe cuidar aquel "gran tesoro" para su esposo. Por esto, dentro de nuestra sociedad, la mujer que se ha entregado sexualmente a un hombre reduce inmediatamente su valor para otro hombre. Muchos hombres aprovechan esta situación para exigir a la mujer , es decir, que se entregue sexualmente. "educada" tan vulnerablemente dentro de nuestra sociedad.
Cuántas mujeres vienen a mi consulta desesperadas por este "gran problema" de haber tenido relaciones sexuales con un hombre que "las engañó". Creen que su mundo se ha acabado, que ningún hombre podrá volverlas a amar, que no tienen derecho a escoger una pareja porque no se sienten dignas. ¡Qué triste manera de "educar" a la mujer! ¡La convertimos en "carnada" y, una vez consumada la cacería, la desechamos! Esto es el machismo reflejado en la sexualidad femenina.
El daño inmenso que ha generado nuestra sociedad sobre la sexualidad femenina también ha creado frentes de defensa, de lucha. Un cambio fuerte en la mujer de hoy ha logrado, lenta pero positivamente, modificar la imagen de la mujer que la sociedad quiere imponer. Cada vez hay más mujeres que se sienten responsables de su sexualidad, que no la ponen al servicio de los demás sino que saben equilibrar sus relaciones y demandan reciprocidad. Mujeres que se valoran por su personalidad, su inteligencia, su capacidad personal y no por "su gran tesoro: la virginidad". Mujeres que buscan un hombre que las ame y las respete antes, durante, y después de una relación sexual.
Este frente de cambio social ha impactado también en el hombre. Hoy en día, ya hay muchos hombres que buscan mujeres que se valoran a sí mismas por sus potencialidades emocionales, intelectuales, productivas, y sexuales. Esperemos que estas parejas construyan en sus hijas e hijos una nueva visión de la mujer y el hombre. La sexualidad femenina y masculina serán entonces valoradas y respetadas, y las personas podrán disfrutar de una sexualidad que integra tanto lo afectivo como lo físico.
La sexualidad está condicionada por las
ideologías y las creencias prevalentes en cada cultura, que se interiorizan en
la infancia, resultando un conjunto de normas morales que actuarán como guía en
la vida sexual adulta produciéndose un conflicto, entre los deseos sexuales de
la persona y las normas, que puede llegar a ocasionar trastornos físicos o
psíquicos.
La relación entre religión y sexualidad se
ve afectada por la "moral sexual", entendida no tanto como parte de
la moral general o común a todas las personas, sino como una parte de la moral
religiosa que implica restricciones u obligaciones al comportamiento sexual
humano. Tales comportamientos varían entre unas y otras épocas, así como entre
distintas religiones o culturas de forma que, las normas sociales y los
estándares de conducta sexuales, suelen estar relacionados con las creencias
religiosas.
De acuerdo con esto, la mayor parte de las
religiones han visto la necesidad de dirigir la cuestión de un papel
"propio" de la sexualidad en las interacciones humanas.
El espíritu es bueno y la carne es mala.
En nuestra cultura, la religión católica
sanciona el sexo y lo convierte en pecado. Esta categoría de pecado ha generado
la doble moral como una práctica continua y cotidiana de sus feligreses, sus
sacerdotes, obispos y monjas. Así se presenta una gran brecha entre "lo
que se dice que se hace" "lo que se dice que se debe hacer" y
"lo que en realidad se hace".
Buena prueba de ello es que las prácticas
sexuales no han estado ausentes de la vida religiosa, y no siempre desde un
punto de vista saludable, ya que las denuncias sobre violaciones, pedofilia,
abortos y embarazos han estado presentes a lo largo de la historia y,
lamentablemente, también en la actualidad.
Por otra parte, el control que ejerce la
iglesia católica sobre la sexualidad de las mujeres ha afectado, notablemente,
a las políticas públicas vinculadas a la salud sexual y reproductiva que se
expresa en la prevención de: embarazos (en general y en adolescentes),
infecciones de transmisión sexual y VIH (SIDA) y otras enfermedades de
trasmisión sexual y problemas psicológicos y emocionales derivados de una
inexistente o simplemente mala política de salud sexual y reproductiva y de una
educación sexual insana.
Misoginia y Represión.
Las religiones, amparadas en "motivos
ancestrales", tratan de justificar lo injustificable poniendo de
relevancia criterios vertebrados en torno al patriarcado, para legitimar
situaciones como por ejemplo: arreglos matrimoniales para garantizar la
genealogía paterna y/o con fines lucrativos, mantener el rol sumiso de las
mujeres, el hecho de que las matronas, en muchas partes de América, cobren más
por atender el nacimiento de un niño que el de una niña, las lapidaciones de
mujeres adúlteras siguiendo el preceptos de la Sharia (Ley islámica), el genocidio
de niñas en China y otros países asiáticos, etc..
Según todos los indicios, se podría afirmar
que las religiones monoteístas son las más explicitas en su sentir patriarcal y
misógino, pero si repasamos la Historia observamos como, por ejemplo, Confucio
(gran pensador chino del siglo V a C) decía: "La mujer es lo más corrupto
y lo más corruptible que hay en el mundo", y que el mismo fundador del
budismo, Sidhartha Gautama, afirmaba: "La mujer es mala. Cada vez que se
le presente la ocasión, toda mujer pecará".
En la Biblia, un ejemplo claro lo podemos
encontrar en Eclesiastes 7:26: "He hallado que la mujer es más amarga que
la muerte, porque ella es como una red, su corazón como un lazo, y sus brazos
como cadenas: El que agrada a Dios se libra de ella, mas el pecador cae en su
trampa." Así mismo, en el Génesis encontramos las palabras que Dios dijo a
Eva: "A la mujer le dijo: Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus
embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él
te dominará."
La misoginia, en fin, deja su rastro a
través de todos los textos. Así, Pablo (a quien se le atribuye el origen del
dogma cristiano) dice: "La mujer oiga la instrucción en silencio, con toda
sumisión. No permito que la mujer enseñe ni que domine al hombre. Que se
mantenga en silencio. Porque Adán fue formado primero y Eva en segundo lugar. Y
el engañado no fue Adán, sino la mujer que, seducida, incurrió en la
transgresión." (1Timoteo 2:11-14)
En otros ámbitos de fe, aún hoy, los judíos
ortodoxos repiten oraciones que se remontan a la antigüedad: "Bendito seas
Dios, Rey del Universo, porque Tú no me has hecho mujer". Actualmente
entre 80 y 114 millones de mujeres y niñas son víctimas de parteras
tradicionales quienes, siguiendo el mandato patriarcal, al compás de oraciones
religiosas, mutilan sus órganos genitales.
Ni siquiera Alá, el gran inspirador de
suicidas que mueren con la esperanza de habitar el paraíso junto a siete
vírgenes personales, se salva de su desprecio hacia las mujeres. En el Corán,
en el verso 38 del capitulo "las mujeres" se lee: "Los hombres
son superiores a las mujeres, a causa de las cualidades por medio de las cuales
Alá ha elevado a éstos por encima de aquéllas, y porque los hombres emplean sus
bienes en dotar a las mujeres. Las mujeres virtuosas son obedientes y sumisas:
conservan cuidadosamente, durante la ausencia de sus maridos, lo que Alá ha
ordenado que se conserve intacto. Reprenderéis a aquellas cuya desobediencia
temáis; las relegaréis en lechos aparte, las azotaréis; pero, tan pronto como
ellas os obedezcan, no les busquéis camorra. Dios es elevado y grande".
La religión católica consagró su misma
existencia al patriarcado. Uno de sus "padres teológicos", San
Agustín, decía: "Vosotras, las mujeres, sois la puerta del Diablo: sois
las transgresoras del árbol prohibido: sois las primeras transgresoras de la
ley divina: vosotras sois las que persuadisteis al hombre de que el diablo no
era lo bastante valiente para atacarle. Vosotras destruisteis fácilmente la
imagen que de Dios tenía el hombre. Incluso, por causa de vuestra deserción,
habría de morir el Hijo de Dios". También Santo Tomás de Aquino,
posiblemente el mas notorio de todos los teólogos católicos (autor de las cinco
vías) escribía: "Yo no veo la utilidad que puede tener la mujer para el
hombre, con excepción de la función de parir a los hijos".
Muchos creyentes católicos, todavía hoy,
piensan que el machismo y la misoginia, inherente a su religión, son cosa de un
pasado oscuro, ya superado, por ejemplo, en el concilio Vaticano II. Sin
embargo, la Santa Iglesia Católica, sigue preparando a sus feligreses para el
matrimonio y enseñando que el deber de las mujeres es servir a sus maridos, no
tener control sobre su deseo de ser madre y renunciar al placer sexual. Del mismo
modo, a las mujeres que consagran su vida a la religión les está vetado
realizar los oficios quedando relegadas a labores de cuidado y a la
reproducción del mandato patriarcal.
Por todas estas cuestiones, las consultas
de medicina sexual y reproductiva y de psicología están concurridas por
personas que no saben conjugar sus creencias con su sentir y con su identidad
humana, generando patologías que podrían superarse con una buna información y
con una profunda formación sobre nuestro cuerpo y nuestra sexualidad, dejando
las creencias para las cuestiones del espíritu, que para eso están.
En
una sociedad la sexualidad está cubierta de prejuicios y de miedos, crecemos
aprendiendo de sexualidad de nuestros amigos, compañeros y pocas veces contamos
con familiares a los cuales acudir por información (esto cuando el miedo no es
causado por algún trauma como abuso sexual o violación).
Estamos
bombardeados de mensajes contradictorios, todo es sexualidad, en la publicidad,
el cine, el internet, todo es apertura y placer, pero en nuestras vidas
diarias, nuestra familia o en nuestra religión no nos permitimos vivir la
sexualidad más que cuando se cumplen ciertas reglas:
-La sexualidad sólo sirve para la procreación.
-La sexualidad sólo debe ser vivida por quienes estén casados.
-El placer sexual es inherente a los hombres, es un mito que las mujeres sientan placer.
Todos
estos prejuicios crecen con nosotros, algunos logramos romperlos, y apenas son
la punta del iceberg. Lo que nos atemoriza respecto al placer no viene
solamente de la sociedad o la cultura, nace de nuestras culpas, de nuestra autoestima y, peculiarmente, la mayor parte de personas que sufren de este
causante de disfunciones sexuales son las mujeres.
Durante
nuestra adolescencia nos dedicamos a explorar nuestra sexualidad. Los hombres,
en esta doble moral en la que vivimos, tienen la oportunidad de cambiar de
parejas sexuales, de pedir contactos sexuales, se espera que los hombres
mantengan esta conducta en donde agrandar su experiencia sexual es prioridad;
no se dedican a explorar su capacidad de sentir placer, sino la de dar placer y
sumarlo a su autoestima o a su ego. Saben que lograr una erección y una
eyaculación es cosa fácil y jamás se cuestionan si es algo normal, para ellos
sentir placer es intrínseco del acto sexual.
Las
mujeres no tienen la misma oportunidad de experimentar sexualmente, si cambian
de pareja sexual serán mal vistas, no sólo por los hombres sino peor: entre
ellas serán etiquetadas y muchas veces rechazadas. En numerosas ocasiones
aceptan entrar en prácticas sexuales para ser aceptadas o queridas por sus
parejas y al desconocer su cuerpo es difícil que sepan qué les causa placer,
incluso no consideran que el sentirlo sea algo necesario, creen que el
encontrar la satisfacción emocional y de pareja es más que suficiente.
Cuando
han logrado superar las barreras de las etiquetas y se deciden a buscar placer
no se dan cuenta de que inconscientemente tienen miedo a entregarse, a ser
ellas mismas porque vivimos con ideas preconcebidas en las que las mujeres que
se entregan, que se dejan llevar o que le enseñan a su pareja a tocarlas son
“fáciles”. Si existe entrega durante el acto sexual, si se experimenta el vivir
en el aquí y en el ahora entonces es cuando más placer se puede llegar a
sentir, pero cuando se tiene miedo de ser vulnerable, de ser “pecadora”, cuando
se cree que la sexualidad es sólo para cierto tipo de personas, entonces es
cuando se crean disfunciones sexuales con etiología psicológica.
La
educación que se recibe en el hogar, en la escuela, en la calle y en todas las
circunstancias sociales conforman la personalidad y todas las creencias,
actitudes y conocimientos que tendrán una profunda influencia en el
comportamiento del individuo, por lo que las consecuencias sobre el
comportamiento y la respuesta sexual dependerán de la forma en que se aborde la
sexualidad desde el punto de vista social y educativo. Y todo esto se debe de
tomar en cuenta para el diagnóstico y terapia de las disfunciones sexuales.
Por
ejemplo, Masters y Johnson en sus investigaciones de 1978 señalaron que las
ideas religiosas ortodoxas son la causa de un gran número de disfunciones
sexuales, mientras que O’Conner y Stern en 1972 encontraron en el 30% de sus
pacientes un antecedente de educación represiva de la sexualidad y en el 25% de
sus pacientes la sexualidad nunca era mencionada en sus familias. En México se
encuentran una o ambas situaciones en más del 80% de la población, lo cual se
constata al observar que prácticamente todas las mujeres que acuden a una
clínica de disfunciones sexuales presentan una exacerbada ansiedad por la
sexualidad.
Disfunciones
sexuales
Algunas
de las disfunciones sexuales con origen psicosocial (siempre se debe descartar
en primer lugar un origen físico) en las mujeres son:
Apatía
y disritmia sexuales
Las
principales causas psicosociales de la apatía y de la disritmia sexual se
originan en la educación y en las experiencias traumáticas vividas.
La
familia, como principal vehículo de la educación, puede reproducir tabúes y
prejuicios en donde no se tolera ninguna discusión abierta de la sexualidad: la
desnudez está formalmente prohibida. A esta estructura familiar puede
corresponder una figura paterna tiránica y todopoderosa que censura y
selecciona la información o las formas de diversión propias de una “familia
decente”, lo cual en un futuro puede ser la base de una apatía, disritmia o
aversión sexual.
La
religión, como esquema de comportamiento, provee lineamientos que ubican a la
sexualidad de la mano del pecado. Este precepto aleja a la mujer de la
posibilidad de búsqueda de intercambio sexual con fines distintos a los
reproductivos y esta problemática también sienta las bases para el desarrollo
de la apatía, disritmia o aversión sexual.
Experiencias traumáticas: Algunas experiencias sexuales desagradables previas pueden condicionar al individuo a reprimir cualquier manifestación de deseo.
Experiencias traumáticas: Algunas experiencias sexuales desagradables previas pueden condicionar al individuo a reprimir cualquier manifestación de deseo.
Otra
circunstancia traumática puede ser la que sufren los niños de cualquier edad
que fueron atacados sexualmente por un adulto, incluso miembro de la familia y
hasta en ocasiones los mismos padres.
Una
primera experiencia sexual frustrante, dolorosa o sucesivos episodios sexuales
con esas mismas características también pueden condicionar la negativa de
muchas mujeres a considerar siquiera la posibilidad de disfrute en una relación
sexual.
El
estrés: Desde el punto de vista clínico, cada vez son más las personas que
acuden a consulta quejándose de apatía sexual o de un deseo sexual inhibido, y
después de realizar algunos exámenes se ha reconocido al estrés como la causa
de estas disfunciones.
El
estrés es uno de los peores enemigos de la sexualidad. La gente estresada
realiza sus actividades diarias sin placer porque no se da tiempo para
disfrutar de su cotidianeidad y menos aún de su sexualidad. Un alto nivel de
estrés motivado por el exceso de trabajo o por la acumulación de cansancio,
impide que nuestro organismo sea capaz de reconocer un estímulo sexual efectivo
para comenzar a interactuar sexualmente con nuestra pareja.
En
México, el principal factor que hace que el estrés sea la causa de la apatía
sexual es el cansancio provocado por la actividad laboral, en segundo lugar
está la falta de tiempo y en tercer lugar la angustia y la tensión.
Aversión
sexual
Es
una manifestación clínica extrema de la apatía sexual o de la inhibición del
deseo sexual, que se caracteriza por una reacción negativa ante todos los
aspectos de la sexualidad. La aversión sexual puede estar relacionada con un
compañero específico, en donde el carácter fóbico de la reacción aparece en las
manifestaciones psicosomáticas que generalmente se le asocian como sudores,
náuseas, diarreas, palpitaciones, etc.
El
rechazo de actividades sexuales específicas como por ejemplo las caricias
orogenitales o anales, no son suficientes para diagnosticar una aversión
sexual. A ello debe agregarse un disgusto irracional y una angustia abrumadora
ante el pensamiento del contacto sexual. En estos casos, tan sólo el pensar en
tener relaciones sexuales produce más ansiedad que la realización misma del acto.
Este
síndrome no necesariamente es disfuncional, ya que las mujeres que lo padecen
en muchos casos son perfectamente capaces de llegar al orgasmo, por lo que su
función erótica no está necesariamente dañada. A menudo conllevan una
perturbación de su esquema corporal cuyo origen se remonta a la adolescencia,
por ejemplo por el llamado hirsutismo (exceso de vello corporal), falta en el
desarrollo del pecho, obesidad, presencia de acné, etc. que a sus ojos las
hacen incapaces de sentirse deseadas, por lo que evitan toda actividad sexual.
Respecto
a su infancia, no es raro encontrar traumas psicológicos originados por los
resultados sociales del incesto y del abuso sexual infantil. Estos episodios
tienen mayor efecto cuando se han vivido con ambivalencia emocional de
excitación y culpabilidad, situación que es más común de lo que se imagina.
Un
rompimiento doloroso del himen también puede originar una asociación entre
sufrimiento y sexualidad. El miedo al embarazo es otro factor importante como
una causa psicosocial para la presentación de la aversión sexual.
Hipolubricación
Se
define como un estado recurrente y persistente de sequedad vaginal parcial o
total durante el acto sexual, y constituye la causa más común de dispareunia o
dolor vaginal.
Usualmente
las mujeres que padecen este síntoma preservan su deseo sexual incluso con
aptitud para el orgasmo, sin embargo, permanecen secas en condiciones de
estimulación que serían suficientes para la mayoría de las mujeres. En estas
condiciones, la penetración vaginal significa una relación incómoda y dolorosa
que por lo tanto puede inducir dispareunia, vaginismo e inhibición del deseo
sexual.
En
nuestra cultura, en donde la mujer no está autorizada a gozar y tanto los
escenarios familiares como los tabúes culturales inhiben su proceso de
excitación, es común encontrar mujeres que lubrican perfectamente durante los
juegos preliminares pero la producción de estas secreciones cesan a partir de
la penetración vaginal, por haber sido condicionadas para sólo aceptar las
caricias y los juegos sexuales pero no así el coito.
Al
mismo tiempo se puede afirmar que, independientemente de la edad de la mujer,
en la medida que ésta no ejerza su sexualidad con regularidad se presentará una
disminución en la lubricación vaginal.
Como
causas domésticas podemos mencionar a las exageradas usuarias del jabón en la
higiene de los genitales, al uso indiscriminado de tampones y de óvulos
espermaticidas irritantes.
Anorgasmia
La
angustia es la principal responsable de muchas anorgasmias temporales,
entendiéndose por angustia una respuesta anticipada a un peligro. Puede
relacionarse con la propia personalidad de la mujer o con la actitud crítica
del compañero, y en este contexto las principales situaciones que provocan
angustia son:
1.
El fracaso sexual.
2. El miedo a perder el control de sí.
3. El miedo a ser rechazada por el compañero(a).
4. La observación obsesiva de sí misma.
2. El miedo a perder el control de sí.
3. El miedo a ser rechazada por el compañero(a).
4. La observación obsesiva de sí misma.
Cuanto
más miedo tiene una mujer de perder el objeto de su amor, más dificultad tiene
para gozar. Este clima de inseguridad reedita a menudo un conflicto que tiene
sus raíces en la infancia. La capacidad orgásmica de una mujer está en estrecha
relación con los recuerdos que tiene de la actitud de su padre para con ella:
exigente o autoritaria, indiferente o tolerante. Parece lógico que las
sensaciones despertadas por la confianza manifestada por la primera figura
masculina de su vida, puedan influir sobre sus relaciones sexuales futuras.
El
único factor indiscutiblemente relacionado con la aptitud orgásmica es la
década de nacimiento de la mujer: cuanto más adelantado estaba el siglo cuando
ella nació más posibilidades tiene de gozar, ya que las mujeres más jóvenes son
las más susceptibles de dejarse impregnar por las modas hedonistas, y la actitud
narcisista de nuestra época disipa las últimas manifestaciones puritanas de la
era victoriana.
Vaginismo
y dispareunia
El
vaginismo es el cierre de la vagina, impidiendo la entrada del pene. La
dispareunia es el dolor al ser penerada.
El espasmo del vaginismo y el dolor de la dispareunia generalmente son la representación simbólica en el plano físico de conflictos más o menos inconscientes, pudiendo quedar implicada toda la personalidad de la consultante.
El espasmo del vaginismo y el dolor de la dispareunia generalmente son la representación simbólica en el plano físico de conflictos más o menos inconscientes, pudiendo quedar implicada toda la personalidad de la consultante.
Los
principales conflictos que originan este síndrome son los siguientes:
• La culpabilidad.
• El disgusto.
• La agresividad.
• El miedo.
• La culpabilidad.
• El disgusto.
• La agresividad.
• El miedo.
Del
análisis de estas cuatro posibilidades se deduce que prácticamente todas las
mujeres están expuestas a sufrir de vaginismo, dispareunia o de ambas, pues aún
hoy en día las condiciones están dadas para que sigan a merced de la
desinformación culpabilizadora.
VOCABULARIO
La sexualidad
Es
, fundamentalmente, el motor de nuestra vida desde el día que nacemos hasta el
instante antes de nuestra muerte.
Por
eso es que la sexualidad no está circunscripta a un intercambio físico con otro
u otros, sino a unencuentro emocional que permite la integración personal.
Comunicar
nuestros gustos, necesidades, fantasías, nos acerca al otro y nos hace crecer a
nosotros.
Así
es que demanda ser cuidada. Mejorarla mejora también nuestra calidad de vida y
nuestra salud. El derecho a informarnos, reflexionar acerca de ella y explorar
nuestras posibilidades, debe ser ejercido y facilitado por la comunidad a lo
largo de todo el proceso de vida, desde la infancia hasta la adultez mayor.
Si concientizamos nuestrosistema de valores sexualesy nos preguntamos acerca de él, y tal vez hasta lo replanteamos, comprenderemos queel ejercicio de la sexualidad es un derecho.
Si concientizamos nuestrosistema de valores sexualesy nos preguntamos acerca de él, y tal vez hasta lo replanteamos, comprenderemos queel ejercicio de la sexualidad es un derecho.
Esto
nos llevará a poder decidir libremente los caminos para reconocer nuestra
capacidad sensitiva y la del otro en cada momento de nuestra vida; decidir la
planificación de nuestra familia desde la adolescencia, apropiándonos de la
función reproductiva de la sexualidad, apropiarnos de nuestra vida, ser
solidarios y respetuosos con la vida de los otros...
La
sexualidad nace con nosotros. El cachorro humano llega al mundo en situación de
absoluta indefensión, y allí es recibido por un adulto.
Lo primero
que nos dan es el alimento, pero con él –inmediatamente- llegan las caricias,
las miradas, el cuidado del cuerpo.
A partir de
ese momento, a partir de que alguien nos espera y nos recibe en este mundo,
allí -con nuestro primer vínculo social-, ya somos seres sexuados, ya comienza
a desarrollarse nuestra sexualidad.
El
reflejo de la succión en el bebé es el primer vehículo que facilita el contacto
sexual con otro, con su madre o quien realice esa función. Con la succión llega
el ingreso del alimento, la leche, su tibieza, el primer recorrido por el
esófago serán las primeras fuentes de placer para el recién nacido, las que
recibirá con miradas, caricias y mimos de un adulto de su misma especie.
De
allí hasta la conformación de la sexualidad del adulto, recorrerá varias
etapas, cambios, modificaciones a través del desarrollo del cuerpo, del devenir
de la conformación psíquica, de la determinación del entorno familiar, de la
influencia de entorno social ...
Nos
encontramos hoy nosotros, jóvenes o adultos, siendo “un todo”, una unidad.
Parece
simple y sencillo al enunciarlo así, ya que de hecho así lo vivimos
cotidianamente... sin embargo la comprensión de la sexualidad como una
resultante de la relación de factores biológicos, psicológicos y sociales
resulta una empresa compleja y fascinante.
La
sexualidad se va estructurando desde antes del nacimiento a través del deseo de
nuestros padres y el inicio de nuestra conformación orgánica, y forma en la
adultez, parte de la personalidad en general.
La
capacidad de sentir placer, de conectarse con la vida y la cotidianeidad con
satisfacción y alegría tiene estricta relación con una sexualidad saludable.
Los factores estresantes del entorno en el que vivimos, influyen de manera
determinante sobre nuestra vida sexual.
La
genitalidad es una parte de la sexualidad en general, importante para la estructuración
de nuestro equilibrio psíquico, pero no exclusiva.
El placer sexual es lo que experimentamos al estar excitados sexualmente. La excitación sexual es la respuesta del cuerpo a la estimulación sexual. Podemos excitarnos por cosas que oímos, vemos, olemos, saboreamos o tocamos. Pueden estar presentes en el mundo real, en nuestra imaginación o en nuestros sueños. Podemos sentirnos muy excitados cuando acariciamos nuestras zonas erógenas, cuando una pareja lo hace o cuando acariciamos dichas zonas de una pareja.
ZONAS
AERÓGENAS
Las zonas erógenas son las áreas de la piel
que probablemente nos causa excitación cuando las tocan. Por ejemplo, los órganos sexualesson muy sensibles al tacto, en
particular el glande del clítoris o el pene. Tocar otros lugares de la piel también puede
provocar excitación. Otras zonas erógenas son, por ejemplo, los brazos, la
espalda, los glúteos, las orejas, los pies, los dedos de las manos, las
piernas, el cuello, los pezones y la vagina.
Cualquier lugar del cuerpo puede ser una
zona erógena, pero no son las mismas para todos. Todos tenemos gustos distintos
en lo que respecta a los lugares donde nos gusta que nos toquen. Por lo tanto,
las zonas erógenas son únicas de cada uno.
RESPUESTA SEXUAL
El ciclo de respuesta sexual es el patrón
de la manera en que reaccionamos a la estimulación sexual, incluso mientras
dormimos. El ciclo consta de los cinco pasos siguientes:
Deseo
Excitación
Meseta
Orgasmo
Resolución
Algunos de estos pasos, o todos, se
experimentan cada vez que tenemos relaciones sexuales, con nosotros mismos o
con otra persona. Pero podemos detenernos en cualquiera de ellos. No es
necesario que completemos el ciclo para sentirnos sexualmente satisfechos.
Es probable que no nos demos cuenta de cada
alteración que ocurre en nuestro cuerpo durante la respuesta sexual.
Experimentamos cada una de estas alteraciones en diferentes medidas, según la
naturaleza única de nuestro cuerpo. Además, el grado en que responda nuestro
cuerpo variará con la salud y la edad y de una experiencia sexual a otra. Por
ejemplo, las mujeres pueden tener menos lubricación con el paso de los años o
en el caso de tomar ciertos medicamentos. Esto es lo que suele suceder durante
cada fase de la respuesta sexual.
DURANTE LA FASE
DE LA EXCITACIÓN
El cuerpo responde al deseo y se excita;
reacciona automáticamente al deseo. Dos personas que se atraen probablemente
sientan que su cuerpo se excita. Quizá comiencen a comunicar la excitación
sexual que sienten por el otro. Esta comunicación puede comenzar con gestos,
caricias o sonidos. Durante la excitación sexual, el cuerpo libera feromonas
invisibles (olores que aumentan la atracción por el otro).
Esta etapa prepara nuestro cuerpo para
el juego sexual.
ALTERACIONES EN EL CUERPO
DURANTE LA FASE DE EXCITACIÓN
El cuerpo de la mujer
Aumenta el ritmo cardíaco.
Aumenta la presión sanguínea.
Los músculos del cuerpo se tensionan,
voluntaria e involuntariamente.
Los pezones se ponen erectos y los senos
se agrandan.
Algunas mujeres de piel clara pueden
tener enrojecimiento sexual (enrojecimiento u oscurecimiento de la piel, en
particular alrededor del pecho y el cuello).
El clítoris se hincha y se agranda
levemente.
Los labios exteriores se
separan.
Los labios interiores se
hinchan.
La vagina se lubrica y
se oscurece.
El útero se
posiciona un poco más arriba respecto de su ubicación habitual.
El cuerpo del hombre
Aumenta el ritmo cardíaco.
Aumenta la presión sanguínea.
Los músculos del cuerpo se tensionan,
voluntaria e involuntariamente.
Algunos hombres de piel clara pueden
tener enrojecimiento sexual (enrojecimiento u oscurecimiento de la piel, en
particular alrededor del pecho y el cuello).
Los pezones se ponen erectos.
El pene se endurece (se pone erecto).
El escroto se
engrosa y los testículos suben
y se acercan al cuerpo.
|
La fase de excitación puede abandonarse en
cualquier momento. El deseo, la excitación y las ganas de tener juegos sexuales
son normales. Sin embargo, nunca debemos hacer más de lo que deseamos por el
simple hecho de sentirnos sexualmente excitados.
La fase de excitación puede ser breve o duradera antes de que comience la fase de meseta.
La fase de excitación puede ser breve o duradera antes de que comience la fase de meseta.
EL PLACER SEXUAL ES BUENO PARA NOSOTROS
Sí. El placer sexual puede ser importante
para la salud física y emocional y el bienestar.
Llevar una vida sexual saludable, con
pareja o sin ella, está relacionado con lo siguiente:
Mayor salud sexual y reproductiva
Mayor salud general
Mejor sueño
Menor estrés y tensión
Mayor autoestima
Una apariencia más juvenil
Mejor estado físico
Una vida más prolongada
Es lamentable que muchos de nosotros
hayamos crecido escuchando sólo acerca de los riesgos y los peligros que
implica expresarnos sexualmente. Si bien esos riesgos son reales, también es
cierto que los juegos sexuales, con pareja o sin ella, pueden ser una fuerza
positiva y poderosa en nuestras vidas. Nos ayuda a conectarnos con otras
personas y a disfrutar del mundo.
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