LA PERCEPCIÓN DE GÉNERO
Por
qué es importante la perspectiva de género
Un desarrollo más equitativo y
democrático del conjunto de la sociedad requiere la eliminación de los tratos
discriminatorios contra cualquier grupo. En el caso específico de las mujeres,
la mitad de la población, se ha vuelto una necesidad impostergable de los
gobiernos (federales, estatales y municipales) el diseño de políticas que tomen
en cuenta las condicionantes culturales, económicas y socio políticas que
favorecen la discriminación femenina. Estas condicionantes no son causadas por
la biología, sino por las ideas y prejuicios sociales, que están entretejidas
en el género. O sea, por el aprendizaje social.
El trato igualitario dado a
personas socialmente desiguales no genera por sí solo igualdad.
Además, no basta con declarar la igualdad de trato, cuando en la realidad no existe igualdad de oportunidades. Esto significa que el diferente y jerarquizado papel que los hombres y las mujeres tienen dentro de la familia y la sociedad, y las consecuencias de esta asignación de papeles en el ciclo de vida, dificultan enormemente cualquier propuesta de igualdad. Para alcanzar un desarrollo equilibrado y productivo del país urge establecer condiciones de igualdad de trato entre hombres y mujeres, desarrollar políticas de igualdad de oportunidades y sobre todo, impulsar una educación igualitaria. Esto requiere comprender las razones y los orígenes de la discriminación femenina.
Además, no basta con declarar la igualdad de trato, cuando en la realidad no existe igualdad de oportunidades. Esto significa que el diferente y jerarquizado papel que los hombres y las mujeres tienen dentro de la familia y la sociedad, y las consecuencias de esta asignación de papeles en el ciclo de vida, dificultan enormemente cualquier propuesta de igualdad. Para alcanzar un desarrollo equilibrado y productivo del país urge establecer condiciones de igualdad de trato entre hombres y mujeres, desarrollar políticas de igualdad de oportunidades y sobre todo, impulsar una educación igualitaria. Esto requiere comprender las razones y los orígenes de la discriminación femenina.
En cambio, en relación a las mujeres,
hay presunciones culturales con gran arraigo histórico sobre su "debilidad
física", su "vulnerabilidad" durante el embarazo o su
"papel especial e insustituible" para cierto modelo de familia. Según
estas concepciones, está plenamente "justificado" el
"proteger" a las mujeres, aunque ese trato encubra una real
discriminación. La estructura de la propia sociedad está fundada en estas
presunciones que, con el tiempo, han mostrado su carácter de prejuicios. Estos
prejuicios convierten ciertos trabajos en "nichos", dentro de los
cuales las mujeres se encuentran.
Las desigualdades entre los sexos no
se pueden rectificar si no se tienen en cuenta los presupuestos sociales que
han impedido la igualdad, especialmente los efectos ha generado la división
ámbito privado=femenino y ámbito público=masculino. La prolongada situación de
marginación de las mujeres, la valoración inferior de los trabajos femeninos,
su responsabilidad del trabajo doméstico, su constante abandono del mercado de
trabajo en años esenciales del ciclo de vida, su insuficiente formación
profesional, la introyección de un modelo único de feminidad y el hecho de que,
en muchos casos, ellas mismas no reconozcan su estatuto de víctimas de la
discriminación, todo ésto requiere una perspectiva de análisis que explique la
existencia de la injusticia, su persistencia y la complicidad de las propias
víctimas en su perpetuación.
No se puede gobernar ni impulsar una
buena administración pública simplemente respondiendo con una normatividad
jurídica que consagre la igualdad entre hombres y mujeres; se necesitan medidas
pro-activas, afirmativas, que detecten y corrijan los persistentes, sutiles y
ocultos factores que ponen a las mujeres en desventaja frente a los hombres,
provocando que quienes las evalúan y contratan tengan dudas sobre sus
capacidades políticas o laborales. Por eso es indispensable una perspectiva de
género.
Género en español. Diferencias de idioma, analogías
y confusiones conceptuales.
Una dificultad inicial para utilizar
esta categoría es que el término anglosajón gender no se corresponde totalmente
con nuestro género en castellano: en inglés tiene una acepción que apunta directamente
a los sexos (sea como accidente gramatical, sea como engendrar) mientras que en
castellano se refiere a la clase, especie o tipo a la que pertenecen las cosas,
a un grupo taxonómico, a los artículos o mercancías que son objeto de comercio
y a la tela. Decir en inglés "vamos a estudiar el género" lleva
implícito que se trata de una cuestión relativa a los sexos; plantear lo mismo,
en castellano, resulta críptico para los no iniciados; ¿se trata de estudiar
qué género, un estilo literario, un género musical, o una tela?
Según
María Moliner, tal división responde a la naturaleza de las cosas sólo cuando
esas palabras se aplican a animales, pero a los demás se les asigna género
masculino o femenino de manera arbitraria. Esta arbitrariedad en la asignación
de género a las cosas se hace evidente muy fácilmente, por ejemplo, cuando el
género atribuido cambia al pasar a otra lengua. En alemán, el sol es femenino,
"la sol" y la luna masculino, "el luna". Además, en alemán
el neutro sirve para referirse a gran cantidad de cosas, inclusive a personas.
Al hablar de niñas y niños en su conjunto, en vez de englobarlos bajo el
masculino "los niños", se utiliza un neutro que los abarca sin priorizar
lo femenino o lo masculino, algo así como "les niñez".
Además, la utilización del término
género aparece también como forma de situarse en el debate teórico, de estar
"a la moda", de ser moderno. Muchas personas sustituyen mujeres por
género, o dejan de referirse a los dos sexos y utilizan los dos géneros, porque
el empleo de género supuestamente le da más seriedad académica a una obra,
entre otras cosas, porque género suena más neutral y objetivo que mujeres, y
menos incómodo que sexo.
Este uso erróneo, que es el más común,
ha reducido el género a "un concepto asociado con el estudio de las cosas
relativas a las mujeres." Es importante señalar que el género afecta tanto
a hombres como a mujeres, que la definición de feminidad se hace en contraste
con la de masculinidad, por lo que género se refiere a aquellas áreas –tanto
estructurales como ideológicas– que comprenden relaciones entre los sexos.
Cuando alguien defina una cuestión
como un "problema de género", vale la pena tratar de averiguar si se
está refiriendo a las "mujeres" o al conjunto de prácticas y representaciones
sobre la feminidad. Aunque al principio parezca complicado utilizar la
categoría género, con un poco de práctica pronto se aprende. Al principio hay
que pensar si se trata de algo construido socialmente o de algo biológico. Por
ejemplo: si se dice, "la menstruación es un problema de género", checar,
¿es algo construido o algo biológico? Obviamente es algo biológico; entonces es
un problema de sexo, y no de género. En cambio, decir "las mujeres con
menstruación no pueden bañarse", nos hace pensar que esa idea no tiene que
ver con cuestiones biológicas, sino con una valoración cultural, por lo tanto
es de género.
Qué es la perspectiva de género
La
perspectiva de género implica reconocer que una cosa es la diferencia sexual y
otra cosa son las atribuciones, ideas, representaciones y prescripciones
sociales que se construyen tomando como referencia a esa diferencia sexual.
Todas
las sociedades estructuran su vida y construyen su cultura en torno a la
diferencia sexual. Esta diferencia anatómica se interpreta como una diferencia
sustantiva que marcará el destino de las personas. Lo lógico, se piensa, es que
si las funciones biológicas son tan dispares, las demás características
–morales, psíquicas– también lo habrán de ser.
Desde
hace varios años, antropólogos, biólogos, psicólogos, etc., se han dedicado a
investigar y esclarecer qué es lo innato y qué lo adquirido en las
características masculinas y femeninas de las personas. Se ha comprobado que el
estatus femenino es variable de cultura en cultura, pero siempre con una
constante: la subordinación política de las mujeres, a los hombres. Hasta hace
poco tiempo esto se explicaba en términos "naturales" y hasta
"inevitables", contraponiendo otra constante: la diferencia biológica
entre los sexos.
En la actualidad, "es mucho más
fácil modificar los hechos de la naturaleza que los de la cultura". Es más
fácil librar a la mujer de la necesidad "natural" de amamantar, que
conseguir que el marido se encargue de dar el biberón. La transformación de los
hechos socioculturales resulta frecuentemente mucho más ardua que la de los
hechos naturales; sin embargo, la ideología asimila lo biológico a lo inmutable
y lo sociocultural a lo transformable.
Si bien la diferencia entre el macho y la
hembra humanos es evidente, que a las hembras se les adjudique mayor cercanía
con la naturaleza (supuestamente por su función reproductora) es una idea, no
una realidad. Ambos somos seres humanos, igualmente animales, o igualmente
seres de cultura. El problema de asociar a las mujeres con lo
"natural" y a los hombres con lo cultural es que cuando una mujer no
quiere ser madre ni ocuparse de la casa, o cuando quiere ingresar al mundo
público, se la tacha de "antinatural" porque "se quiere salir de
la esfera de lo natural". En cambio, los hombres se definen por rebasar el
estado natural: volar por los cielos, sumergirse en los océanos, etcétera. A
nadie le parece raro que el hombre viva en el ámbito público, sin asumir
responsabilidades cotidianas en el ámbito doméstico.
El aprendizaje y el género
Una
perspectiva de género desde la educación abarca varios ámbitos, desde el diseño
de libros de texto y programas no sexistas hasta desarrollo de políticas de
igualdad de trato y oportunidades entre maestros y maestras. Así como en el
ámbito laboral es importante suprimir la discriminación que afecta a la
población femenina, en el terreno educativo es crucial eliminar las representaciones,
imágenes y discursos que reafirman los estereotipas de género.
Hace
años, en los setenta, los libros de texto de primaria eran el ejemplo clásico
de representaciones sexistas, aún hoy lo son. Las figuras femeninas aparecían
realizando las tareas domésticas tradicionales y las masculinas todas las demás
actividades. Una escena, que hacía referencia al paso de la infancia a la edad
adulta, era especialmente elocuente. Se veía a un niño y una niña, ambos
jugando, él con un carrito, ella a la cocinita, haciendo tortillitas; después
lo mostraban en la juventud, él con libros bajo el brazo y ella en una cocina,
arreglando la comida; la última escena era el hombre adulto manejando un camión
y la mujer, ¿adivinan?: cocinando. No es difícil comprender qué mensaje
recibían y aún reciben niñas y niños con esas imágenes.
Si
en todos los países las mujeres están en una posición de desventaja en el
mercado de trabajo, México no es una excepción. Hay quienes piensan que el
problema se resuelve si se les ofrece puestos iguales que a los hombres.
Considerar que se puede eliminar la discriminación sexista si se trata igual a
hombres y mujeres es desconocer el peso del género.
Género,
democracia y ciudadanía
Si
algo caracteriza la vida contemporánea es que amplía el marco de acción de la
mujer, sacándola del estrecho espacio de la familia y forzándola, a veces
contra sus deseos, a ingresar al mundo del trabajo o de la actividad política.
Esto es la consecuencia inevitable de la modernización y pone en cuestión la
división el trabajo en la familia y en la sociedad. Justamente si algo implica
la verdadera "incorporación" de las mujeres a la sociedad, y eso se
comprueba en las sociedades modernas, es el rompimiento de la identificación
mujer/familia, que obliga a impulsar la participación masculina en las tareas
domésticas y a desarrollar una amplia infraestructura de servicios
sociales.
El
desarrollo agudiza la contradicción entre el rol femenino tradicional –el papel
de madre y ama de casa– y los nuevos roles, de ciudadana y trabajadora. Una
perspectiva de género ayuda a reconocer cómo las costumbres culturales limitan
la participación femenina en la vida pública. Las contradicciones están al
punto. Tanto desde el discurso político como desde los medios se acepta y hasta
se impone como legítima la imagen de la mujer que trabaja fuera de la casa, sin
plantear para nada la necesidad de una infraestructura de servicios sociales y
ni de recomponer las pautas –no compartidas– del trabajo familiar.
Una
perspectiva de género identifica y se propone eliminar las discriminaciones
reales de que son objeto las mujeres, por mujeres, y los hombres , por hombres.
Negarles el servicio de guardería a los varones, porque supuestamente tienen en
casa una esposa es también un problema de género.
Una
perspectiva de género reparte las responsabilidades familiares, introduciendo
un cambio en el sistema de prioridades ciudadanas. La perspectiva de género
requiere de un proceso comunicativo que la sostenga, y la haga llegar al
corazón de la discriminación: la familia. Se requiere el desarrollo de una
nueva forma de conceptualizar las responsabilidades familiares entre mujeres y
hombres, una nueva distribución de tareas y el apoyo de servicios colectivos,
especialmente los de cuidado infantil. De ahí que la acción antidiscriminatoria
se apoye en la educación y en la comunicación social. La formulación de
políticas masivas en ambos campos es un instrumento eficaz para cambiar
costumbres e ideas estereotipadas de género.
RESUMEN
Deja
abierta de la posibilidad de existencia
de distintas formas entre las mujeres y hombres,
somos prescindibles para la sociedad. Esta perspectiva va de la mano
de la exigencia de tener en cuenta las necesidades de las mujeres,
por eso comienza a utilizar el género como una variedad social a
estudiar, naciendo de la necesidad de explicar las desigualdades e injusticias
entre el hombre y la mujer.
GLOSARIO
postura:
Manera de estar o
colocarse físicamente una persona, un animal o un objeto: posición vertical.
Manera de pensar o de actuar una persona de acuerdo
con sus ideas o sus puntos de vista.
Cantidad
de dinero que se ofrece en una subasta por una cosa que se vende o se alquila
Conjunto
de huevos que pone un ave de una sola vez.
autoridad:
Persona que tiene esa
facultad o poder: fue recibido por el alcalde y otras autoridades locales.
Capacidad de influir sobre los demás por ser importante o destacar en una
actividad.
Persona que tiene esta capacidad.
conferencia :
Exposición
que hace una persona en un acto público sobre un tema para enseñarlo o
divulgarlo.
Reunión
internacional de representantes políticos y de organismos o entidades sociales
o económicas para tratar un tema en común, discutirlo y hacer propuestas y
pactos.
Comunicación
telefónica que se establece entre provincias o países distintos.
patriarcal:
Relativo al patriarca o al
patriarcado: organización patriarcal.
Se aplica a la autoridad o el
gobierno que se ejerce con sencillez y sin dureza.
Perspectiva:
Sistema de representación espacial
sobre una superficie plana: los pintores renacentistas impulsaron la técnica de
la perspectiva.
Obra o representación ejecutada con esta técnica.
Paisaje o conjunto de cosas vistas desde un punto
determinado, especialmente desde lejos: desde lo alto del castillo se dominaba
una perspectiva de varios kilómetros. panorama.
feminidad:
Conjunto de características que se consideran
propias de la mujer o de lo que es femenino. masculino.
Cualidad del ser vivo femenino.
masculinidad:
Calidad del sexo masculino
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